¿Por qué somos necesarios los y las Integradores/as Sociales?... Esta es la pregunta que nos pueden hacer en cualquier momento a la hora de explicar el problema que tenemos como profesionales y por el que no podemos trabajar en nuestra comunidad. Es una cuestión que debemos tratar con claridad y que nos hará tener la razón en nuestros argumentos.
La respuesta es tan sencilla como evidente: porque existen problemas de integración social que están surgiendo (o que estaban ocultos) y que es necesario abordar desde la base, desde la raíz. Y esa raíz no es otra que la educación, ámbito en el que ahora mismo hay un déficit claro de "modelos" que expliquen o den salida a las cuestiones sobre integración que se están dando en la inmensa mayoría de los centros educativos, centros en los que la figura del TSIS sería FUNDAMENTAL.
La realidad social en la que vivimos, con fenómenos como la inmigración (relativamente reciente), los nuevos modelos de familia, los tremendos cambios en las modas y tendencias sociales (Internet, el teléfono móvil, etc.), las crecientes demandas de colectivos "olvidados" (como los y las discapacitados/as), etc. hacen que, casi a diario, surgan nuevos retos a los que enfrentarse. Retos como el bulling (o acoso escolar), la desigual integración de alumnos/as de otras culturas que llegan a España (con los roces que eso puede llegar a provocar), la difícil adaptación de niños y niñas con necesidades especiales en centros normalizados, etc.
Ante estos cambios, la respuesta está siendo torpe y lenta. No existen programas de integración que se aborden desde la perspectiva de la prevención temprana. Sí hay intentos y aproximaciones, pero se quedan muy cortas...
Por todo ello, la figurad del Integrador/a Social se antoja más necesaria que nunca. Sería el perfil ideal para elaborar programas de integración más amplios e integrales, que fueran más allá de la actividad lúdica esporádica.
En Resumen: los y las TSIS somos muy necesarios. Nuestra profesión es la Integración Social y en el modelo actual de sociedad -cambiante y dinámica- tenemos más cabida que nunca.
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