Es interesante el punto de vista de este artículo http://blogs.20minutos.es/madrereciente/2013/09/04/el-autismo-es-una-putada-no-es-ninguna-bendicion/, en el que una madre reflexiona sobre el autismo de su hijo. En él, la madre intenta rebatir la idea romántica y un tanto irreal de que tener una discapacidad es algo "bueno", casi una especie de bendición...
Es un asunto polémico, está claro. Vivimos en una sociedad en la que existe una suerte de "dictadura de la normalidad", según la cual todo lo que no cumple con unos cánones de "normalidad" es raro, extraño, "friki" y, hasta cierto punto, "no deseable".
Esa "imposición de la normalidad" nos lleva a que la diferencia, sea elegida o impuesta, haya sido arrinconada en muchos sentidos. Hace décadas se ocultaba directamente o era criminalizada, hoy en día es tolerada en muchos ámbitos, cada día con mayor profusión, pero quedan resistencias -muchas- a aceptar lo distinto como algo "normal", sin dogmatismos.
Para esta madre tener un hijo autista es una desgracia, en gran medida porque ese hijo "no-normal" va a sufrir las consecuencias de vivir en una sociedad en la que estamos en pañales en cuanto a la aceptación de personas con discapacidad, personas que, independientemente de su condición, no cumplen con las reglas de la "habitualidad"...
Su hijo va a tener que superar muchas más barreras que los demás, algo que no sabemos si será normal o no, pero seguro que no es justo. Y ese problema, el de las barreras, marcará buena parte de la vida del niño.
No sabemos si ser autista es una bendición o no (eso depende de muchos factores) pero sí creemos que la Sociedad tiene que redefinir lo que se entiende por "normal", dando una nueva versión, más amplia y rica, de las "muchas normalidades".
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